Cuando
Tara empezó a recibir amenazas, Clint supo que debía protegerla, pero
ella parecía empeñada en no hacer caso de sus advertencias... y en
hacerle hervir la sangre de deseo. Tara era una mujer independiente e
irresponsable que no dejaba que nadie se acercara demasiado a ella. ¿Qué
podía hacer un texano como él? Por de pronto, ocupar el sofá de su
casa, aunque prefería su cama y, mientras estaba encerrado con la bella
Tara, quizá consiguiera encontrar la llave de su corazón.
Clint Andover estaba convencido de que la enfermera Tara Roberts era sinónimo de problemas.
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